Pieza clave de los procesos de secado, consiste en un gran tambor rotativo suspendido habitualmente en cuatro ruedas, dos de las cuales son motrices
El trómel tiene en su interior diferentes tipos de palas que, al rodar, hacen que el forraje se mueva constantemente de forma que todas sus partes estén en contacto con el aire caliente que circula por su interior.
El trómel tiene en su exterior dos grandes pistas de rodadura mecanizadas que son las que apoyan directamente sobre las cuatro ruedas, de forma que el giro se realiza de forma suave, sin vibraciones. Además, la ruedas están recubiertas por materiales elásticos antivibratorios para suavizar más si cabe la rotación.
Los trómeles de secado, como trabajan a alta temperatura, están completamente forrados por una manta aislante de varios centímetros de espesor con el fin de reducir las pérdidas de calor. Esta manta aislante se encuentra igualmente recubierta por una fina chapa de protección.
